Una vez formados los gametos, para que se produzca
un nuevo ser es necesario que el óvulo
y el espermatozoide se
junten y fusionen, a este proceso se le denomina fecundación. En la especie humana la fecundación es interna, es decir
se produce dentro del cuerpo de la mujer, concretamente en las Trompas de Falopio.
Para ello es necesario que se produzca la copulación o coito que consiste en la
introducción del pene en
la vagina y la posterior eyaculación del semen.
Si no hay ningún obstáculo (algún método anticonceptivo) el semen pasará por la vagina, atravesará el útero y llegará a las Trompas de Falopio. De los cientos de miles de espermatozoides, solamente unos
pocos llegarán hasta el óvulo
y solamente uno podrá atravesar la membrana plasmática del óvulo y producirse la fecundación. Todos los demás espermatozoides son destruidos en
el viaje. La razón de producirse millones de espermatozoides es para garantizar que, al menos uno, pueda
alcanzar el óvulo.
Durante este viaje comienza a dividirse y empieza a
desarrollarse como embrión. A partir de las 16 células se empieza hablar de mórula, ya que su aspecto recuerda
a una mora.
A continuación algunas células continúan
dividiéndose y desplazándose y pasan a un estado que se denomina blástula. En este estado es como llega al útero y se produce la implantación o nidación.
En el esquema se resume el viaje del embrión
hasta el útero, que dura
aproximadamente una semana.
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